Un reciente informe del UNFPA ha revelado una verdad incómoda: los avances en salud y derechos sexuales y reproductivos de los últimos 30 años han dejado atrás a millones de mujeres y niñas debido a su identidad o lugar de nacimiento. Bajo el título "Vidas entrelazadas, hilos de esperanza: eliminar las desigualdades en materia de salud y derechos sexuales y reproductivos", el informe destaca el papel del racismo, el sexismo y otras formas de discriminación como obstáculos para el avance en este ámbito.

Según el informe, las mujeres y niñas pobres, pertenecientes a minorías étnicas, raciales o indígenas, o atrapadas en entornos de conflicto, tienen más probabilidades de morir debido a la falta de acceso oportuno a la atención médica. Estas disparidades son evidentes en cifras alarmantes: por ejemplo, una mujer en África tiene casi 130 veces más probabilidades de morir por complicaciones durante el embarazo y el parto que una mujer en Europa o América del Norte.

El informe también señala que los avances en salud sexual y reproductiva no han sido uniformes a nivel mundial. En América Latina y el Caribe, por ejemplo, la reducción de la mortalidad materna se ha estancado, la tasa de fecundidad adolescente sigue siendo alta y el matrimonio infantil persiste.

A pesar de los progresos, el informe advierte que millones de mujeres y niñas continúan rezagadas y que los avances en indicadores clave se han ralentizado o estancado. Por ejemplo, cada día mueren 800 mujeres al dar a luz, y el acceso a anticonceptivos y la autonomía corporal de las mujeres siguen siendo desafíos importantes.

Para abordar estas desigualdades, el informe insta a invertir en soluciones adaptadas a las necesidades de las comunidades y a empoderar a las mujeres y niñas para que puedan diseñar e implementar soluciones innovadoras. Además, subraya la importancia de la solidaridad internacional y la inversión sostenida en salud sexual y reproductiva.

Este informe, publicado en el trigésimo aniversario de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) de El Cairo, destaca la urgencia de redoblar los esfuerzos para garantizar que todas las mujeres y niñas puedan ejercer plenamente sus derechos sexuales y reproductivos.