En un inusual caso médico reportado este mes, una adolescente en Portugal contrajo una infección ósea grave causada por su gatito. El informe, publicado en BMJ Case Reports, describe cómo el animal transmitió la bacteria Bartonella henselae, que llevó a la niña a desarrollar una rara forma de osteomielitis. Afortunadamente, una vez identificada y tratada la infección, la joven se recuperó completamente.
El caso comenzó cuando la adolescente acudió a los médicos con dolor severo en el abdomen derecho y fiebre. Inicialmente, no mencionó haber tenido contacto reciente con animales. Un examen físico no reveló la causa de sus síntomas, pero una exploración médica mostró un absceso (acumulación de pus) alrededor de su médula espinal y erosión ósea.
Después de descartar varias posibles causas, una segunda tomografía computarizada permitió a los médicos recolectar una muestra del absceso, que resultó positiva para la bacteria Bartonella. Fue entonces cuando la familia recordó que habían tenido un gatito recientemente. Con esta información, los médicos diagnosticaron que la niña había contraído la enfermedad por arañazo de gato.
La enfermedad por arañazo de gato es causada por Bartonella henselae, una bacteria que se esconde y replica dentro de las células, similar a los virus. Aunque los gatos son un vector común, la bacteria también puede ser transmitida por perros y parásitos como garrapatas, pulgas y piojos.
En general, las infecciones por Bartonella no suelen causar enfermedades graves en personas sanas, aunque pueden ser peligrosas para aquellos con sistemas inmunitarios debilitados. Los síntomas más comunes incluyen ganglios linfáticos inflamados, erupciones cutáneas y fiebre. La osteomielitis, o infección ósea, es una complicación extremadamente rara de esta enfermedad, con una incidencia de apenas entre el 0.17% y el 0.27% de los casos diagnosticados.
Diagnosticar y tratar estas infecciones puede ser complicado debido a que las bacterias viven dentro de las células. Sin embargo, en este caso, la adolescente se recuperó completamente tras un tratamiento con doxiciclina y rifampicina.
Este caso subraya la importancia de considerar infecciones zoonóticas en diagnósticos médicos y resalta el potencial de los animales domésticos para transmitir infecciones inusuales.