Mayo 22, 2024 – La temporada de huracanes en el Atlántico, que se extiende desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, se espera que sea más activa de lo normal este año, según el Servicio Meteorológico Nacional. Este aumento en la actividad podría significar seis meses difíciles para los estados costeros, el Caribe y el este de Centroamérica.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) pronostica entre 17 y 25 tormentas con nombre, que se producen cuando la velocidad del viento alcanza 39 millas por hora (62,75 kilómetros por hora) o más. De estas tormentas, se espera que entre 8 y 13 se conviertan en huracanes con vientos de 74 mph (119 km/h) o más, y de cuatro a siete de estos huracanes podrían ser de gran intensidad, con vientos superiores a 111 mph (178,64 km/h). La NOAA señala que hay un 70% de confianza en estos rangos.
Por su parte, la Universidad Estatal de Colorado predice un total de 23 tormentas con nombre este año, con 11 huracanes y cinco huracanes importantes, sumando un total de 115 días de tormenta y 45 días de huracanes. Estas cifras son significativamente superiores a los promedios de 1991 a 2020, que son de 14,4 tormentas con nombre, 7,2 huracanes y 3,2 huracanes importantes por año. Esto sugiere que puede ser prudente comenzar a prepararse con madera contrachapada, baterías y agua embotellada.
Erik Hooks, administrador adjunto de FEMA, enfatizó la importancia de la preparación: “Las condiciones climáticas severas y las emergencias pueden ocurrir en cualquier momento, por lo que los individuos y las comunidades deben estar preparados hoy. Ya estamos viendo tormentas moviéndose por todo el país que pueden traer peligros adicionales como tornados, inundaciones y granizo. Adoptar un enfoque proactivo ante nuestro cada vez más desafiante paisaje climático actual puede marcar una diferencia en cómo las personas pueden recuperarse mañana”.
La NOAA atribuye la actividad superior al promedio a las temperaturas oceánicas cálidas casi récord en el Atlántico, así como a una reducción de los vientos alisios y la cizalladura del viento, junto con condiciones similares a las de La Niña en el Pacífico.
El cambio climático, impulsado por la quema de combustibles fósiles, está exacerbando estas condiciones. El calentamiento global del océano y el derretimiento del hielo están elevando el nivel del mar, lo que podría empeorar las marejadas ciclónicas, especialmente en áreas bajas.
Para mantenerse informado sobre las tormentas activas, se recomienda visitar los portales del Centro Nacional de Huracanes de la NOAA y el Centro de Huracanes del Pacífico Central.
Medidas de Preparación Recomendadas:
- Almacenamiento de suministros: Invertir en madera contrachapada, baterías y agua embotellada.
- Plan de emergencia familiar: Asegúrese de que todos los miembros de la familia conozcan el plan de emergencia y las rutas de evacuación.
- Monitoreo constante: Siga las actualizaciones del Servicio Nacional de Huracanes de la NOAA para obtener información precisa y oportuna.