En el histórico Patio Barroco de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), la Dra. Rigoberta Menchú Tum, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1992, y la pianista Mtra. Guadalupe Parrondo, reconocida como Patrimonio Vivo de la Ciudad de México, recibieron destacados galardones de manos de la rectora de la UAQ, Dra. Silvia Amaya Llano. Menchú fue honrada con el Premio Internacional “Hugo Gutiérrez Vega” a las Artes y Humanidades, mientras que Parrondo fue distinguida con el Premio Nacional “Eduardo Loarca Castillo” al Arte y la Cultura.

La Dra. Amaya Llano resaltó la importancia de otorgar estos premios, que llevan el nombre de dos figuras académicas ilustres. Mencionó que el trabajo de ambas galardonadas enriquece a la sociedad: Menchú Tum, con su incansable lucha por los derechos humanos y su activismo en defensa de los pueblos indígenas, y Parrondo, con su legado en la música clásica, que ha inspirado a numerosas generaciones de pianistas.

Rigoberta Menchú Tum, originaria de Chimel, Guatemala, y miembro de una familia comprometida con sus raíces, ha dedicado su vida a la defensa de los derechos humanos y al activismo social. Su labor ha sido impulsada por la firme creencia de que la educación es fundamental para combatir la opresión y construir sociedades más justas.

Por su parte, la pianista Guadalupe Parrondo inició su carrera en Lima, Perú, donde fue descubierta por el director Luis Herrera de la Fuente. Con estudios en París y premios internacionales como la Medalla de Oro de Bellas Artes, Parrondo ha dejado una huella profunda en el ámbito musical y continúa siendo un referente artístico.

La ceremonia, que destacó la relevancia de la UAQ en la promoción de valores humanistas y culturales, también contó con palabras de agradecimiento de las galardonadas, quienes expresaron su gratitud por recibir estos premios que honran sus trayectorias y contribuciones al arte y a la justicia social.